A LOS CIELOS SI ES PRECISO
Yo te haría de cada día festivo.
Pondría un interruptor en cada nube.
Un faro entre esa niebla que te sube
haciendo de tu espíritu cautivo.
Yo te haría un collar de campanitas,
y una ermita escondida entre la hiedra,
y arroyuelos manando entre la piedra,
y azucenas ante una virgencita.
Te juro que yo no sé lo que haría.
Yo subiría a los cielos si es preciso.
Yo te haría un soneto cada día.
Te traería el sol sin compromiso
con tal de rebosarte de alegría,
o la más bella flor del paraíso.
lunes, 29 de abril de 2019
sábado, 27 de abril de 2019
Soneto 106
EN MI JORNADA DE REFLEXIÓN
Progre que no cambia ¿es conservador?
¿Cuán grande es el cupo de desengaños?
Hasta las piedras cambian con los años.
Por qué no yo, iluso soñador.
Hubo un tiempo en que dejé de votar.
Hasta que, según el Sistema D'Hondt,
me enteré que ayudaba al ganador.
Y volví a votar, pero sin pensar.
Desde entonces mi voto fue el más raro.
El mismo día de las elecciones
elegía a lo loco algún partido,
el menos conocido, el menos claro.
Ser libre es no tener predilecciones.
Aunque esta vez... No sé. Estoy perdido.
Progre que no cambia ¿es conservador?
¿Cuán grande es el cupo de desengaños?
Hasta las piedras cambian con los años.
Por qué no yo, iluso soñador.
Hubo un tiempo en que dejé de votar.
Hasta que, según el Sistema D'Hondt,
me enteré que ayudaba al ganador.
Y volví a votar, pero sin pensar.
Desde entonces mi voto fue el más raro.
El mismo día de las elecciones
elegía a lo loco algún partido,
el menos conocido, el menos claro.
Ser libre es no tener predilecciones.
Aunque esta vez... No sé. Estoy perdido.
viernes, 26 de abril de 2019
Soneto 105
UTOPÍA
Que planten una rosa en cada esquina.
Que el listo no nos cuente el argumento.
Que lo amargo se vuelva golosina.
Que los sueños no acaben en tormento.
Que dejen más abrazos de propina.
Que crezcan los geranios del cemento.
Que quemen al dolor con gasolina.
Que al amor se le erija un monumento.
Que nada nos perturbe la sonrisa.
Que dejen de mentir en los congresos.
Que todas nuestras muertes sean de risa.
Que el miedo no se cuele en nuestros huesos.
Que no tengamos con la vida prisa.
Que todas nuestras guerras sean a besos.
Que planten una rosa en cada esquina.
Que el listo no nos cuente el argumento.
Que lo amargo se vuelva golosina.
Que los sueños no acaben en tormento.
Que dejen más abrazos de propina.
Que crezcan los geranios del cemento.
Que quemen al dolor con gasolina.
Que al amor se le erija un monumento.
Que nada nos perturbe la sonrisa.
Que dejen de mentir en los congresos.
Que todas nuestras muertes sean de risa.
Que el miedo no se cuele en nuestros huesos.
Que no tengamos con la vida prisa.
Que todas nuestras guerras sean a besos.
Soneto 104
A LA VIDA
Las tardes saben más a despedida.
Las mañanas no encuentran su sonrisa.
El sol procura con su luz fingida
donarle al día color, y cierta brisa.
Ya no arden primaveras en mi espejo,
ni el reflejo demuestra compostura.
Con más soltura corren los cangrejos,
y más capacidad de travesura.
Pero la vida insiste en ser querida:
menos la pienso cuanto más la siento,
más me la encuentro cuanto más perdida,
más me vale si menos va valiendo,
más la aprecio si sólo es sentimiento,
más la entiendo si menos la comprendo.
Las tardes saben más a despedida.
Las mañanas no encuentran su sonrisa.
El sol procura con su luz fingida
donarle al día color, y cierta brisa.
Ya no arden primaveras en mi espejo,
ni el reflejo demuestra compostura.
Con más soltura corren los cangrejos,
y más capacidad de travesura.
Pero la vida insiste en ser querida:
menos la pienso cuanto más la siento,
más me la encuentro cuanto más perdida,
más me vale si menos va valiendo,
más la aprecio si sólo es sentimiento,
más la entiendo si menos la comprendo.
jueves, 25 de abril de 2019
Soneto 103
NO SÉ SI ERA TU VOZ
Es terrible este amor que tanto exploro.
Terrible no parar de naufragar.
Viene a ser tanto lo que por ti lloro
que confundo esta celda con el mar.
Ya sé que no hay futuro en nuestras alas,
pero el alma no asume esta frontera,
prisionera en un mundo sin bengalas
soñando con tu viento en primavera.
Es terrible vivir sin esas manos
capaces de cortar estas cadenas,
terrible estos barrotes infrahumanos.
Es terrible la vida y sus condenas.
Por la reja han entrado ecos lejanos.
No sé si era tu voz, o eran sirenas.
Es terrible este amor que tanto exploro.
Terrible no parar de naufragar.
Viene a ser tanto lo que por ti lloro
que confundo esta celda con el mar.
Ya sé que no hay futuro en nuestras alas,
pero el alma no asume esta frontera,
prisionera en un mundo sin bengalas
soñando con tu viento en primavera.
Es terrible vivir sin esas manos
capaces de cortar estas cadenas,
terrible estos barrotes infrahumanos.
Es terrible la vida y sus condenas.
Por la reja han entrado ecos lejanos.
No sé si era tu voz, o eran sirenas.
sábado, 13 de abril de 2019
Soneto 102
SIGUE EN VIGENCIA
Cuando el río se calma abre los ojos.
Atrás quedaron empinadas cumbres,
el descender sin remos ni costumbres,
el lindo desenfreno sin cerrojos.
Dueño el tiempo de espigas y rastrojos,
trocó velocidad por mansedumbre,
la furia vendaval y su relumbre,
la libertad brutal y sus arrojos.
Mas toda etapa oculta su belleza,
su importancia, su miel, y su porqué.
La rudeza volvióse inteligencia.
El tiempo lima aristas y asperezas,
del torrente hace arrullo, aunque yo sé
que al fondo su caudal sigue en vigencia.
Cuando el río se calma abre los ojos.
Atrás quedaron empinadas cumbres,
el descender sin remos ni costumbres,
el lindo desenfreno sin cerrojos.
Dueño el tiempo de espigas y rastrojos,
trocó velocidad por mansedumbre,
la furia vendaval y su relumbre,
la libertad brutal y sus arrojos.
Mas toda etapa oculta su belleza,
su importancia, su miel, y su porqué.
La rudeza volvióse inteligencia.
El tiempo lima aristas y asperezas,
del torrente hace arrullo, aunque yo sé
que al fondo su caudal sigue en vigencia.
Soneto 101
ME ENTRETENGO
Desconecta, me dice mi doctora.
Y yo que soy un chico de los buenos,
intento hacerle caso (por ahora).
Así que a la emoción le pondré frenos.
Nada me hace llorar de cuanto miro:
ceniceros colmados de colillas,
una silla infectada de polillas,
un teléfono al borde del suspiro.
Me entretengo con todo lo que puedo.
Barro los trozos de mi espejo roto.
Me invito a una partida contra el miedo.
Limpio objetos; los voy recolocando.
Aún estás más guapa en esta foto.
Le doy besos. En fin, desconectando.
Desconecta, me dice mi doctora.
Y yo que soy un chico de los buenos,
intento hacerle caso (por ahora).
Así que a la emoción le pondré frenos.
Nada me hace llorar de cuanto miro:
ceniceros colmados de colillas,
una silla infectada de polillas,
un teléfono al borde del suspiro.
Me entretengo con todo lo que puedo.
Barro los trozos de mi espejo roto.
Me invito a una partida contra el miedo.
Limpio objetos; los voy recolocando.
Aún estás más guapa en esta foto.
Le doy besos. En fin, desconectando.
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