Soneto 34

JUSTO Y BELLO

Solamente la intención de al sentarme,
mientras escucho a García, pretendo
hacerte un poema, y me encomiendo
a mis musas, y trato de apropiarme

de un ramo de palabras que al unirlas
huelan a algo así como a un te quiero,
ya me siento dichoso, verdadero,
brillante pedernal fuente de esquirlas

de oro y ensueño, franela y terciopelo.
A la imprevista ciencia del versear
tiendo mi red, recolector en celo

de tus labios de guayaba y pomelo.
Y el sueño es azor que echar a volar.
Y el mundo es justo y bello bajo el cielo.

Soneto 33

CON LE PATE HECHE TOMISE

Con brío de dos jóvenes corceles,
con furia del levante por Tarifa,
con la urgencia que la pasión engrifa,
lacias las piernas, igual que cordeles,

amor mío, sin compasión me dejas.
Como marihuanamente mareado,
descabal, anormal, descabalgado,
y un despiste de guiri en Torrevieja.

Un andador, tres muletas preciso
para acercarme al baño, hago un inciso
en mitad de la contienda, bebo agua,

sonambuleo por la cocina, como
un yogurt, me desperezo, me aplomo,
y al vuelo vuelvo nuevo de tu enagua.

Soneto 32

Que toda la vida es sueño, es sabido.
Quien no sueña no juega al escondite.
Quien no salte al vacío, quien no evite
por una vez la santa cruz dormido

en sus laureles, que ni dé consejos
ni frunza el entrecejo: burdo pasto
de gusanos, absurdo orín, nefasto
es su vivir, cagadas de vencejos.

Ni Dios patria ni bandera. En la era
de Melapela tiendo yo mi estera.
¿Ideas? las tengo, pero estrelladas,

ahijadas del vilipendio, versadas
en incendios de quien ya sólo espera
matar la realidad a versolladas.

POR UN MOMENTO

Soneto 31

CON MÁS PENA QUE GLORIA

Soldado en la garita del infarto,
vigía de la torre del quebranto,
prelado en la basílica del llanto,
hoplita sin coraza en Halïarto.

Con más pena que gloria me reparto
entre las horas del día, hago un manto
de mi capa voladora, me aguanto
el tipo tras el round decimocuarto.

Mas desfago el entuerto (medio tuerto)
de alcanzar la medianoche, más muerto
que vivo, y cardenales a manojos.

La ira al infortunio he de joderle,
y a ritmo de Eric Claptom debo hacerle
un soneto a la niña de mis ojos.

Soneto 30

PAZ CIENCIA

Continencia. Contingencia. Vomito.
¡El ansia! Paz. Ciencia. Me desespero.
Crucigrameo. No veo. Te espero.
Me hormigueo. Me cabreo. Dimito.

Me emborracho. Derrapo. Canto un blues.
Me empenacho. Me atrapo. Cabrioleo.
Te espero cabizbajo. Me releo
Curt Leviant. Una de sexo en el Plus.

Me enternezco. Me adolezco. Berreo.
Te deseo. Me agonizo. Me muero.
Me hundo. Furibundo. Me trasteo.

Boludo. Pelotudo. Tontoelculo.
Pierdo el norte. Me emberraco. Te espero.
Me retuerzo. Me la casco. Eyaculo.

Soneto 29

CARTAGENADOS

Regados de frizzante y bien besados, 

qué bien sabe tu risa a bienmesabe, 

a mozzarella y salmón, arquitrabe 

trabando el instante, Cupido alado

danzando entre pamplinas del pelado. 

Tu risa me sabe a yerba. Tu risa 

me lleva atado en un harén de brisas 

que alocan sin piedad al más centrado;

aunque no es el caso, bien que lo sabes. 

Claudico en tus jajás, me hago sumiso. 

Doy fé, yo reivindico el frenesí 

de tu risa. Que se haga ley. Que lave 

detergentísima la faz y el viso

de este existir malhadado. Yo sí.

Soneto 28

LA BARCA DEL PESCADOR

Azucaradamente reaccionario,
de anís y sándalo, de hinojo y cedro.
Avanti presto prego, columbario
que detesto. Dame tu barca, Pedro.

Ni tus llaves ni sandalias, en serio.
Sólo tu barca, tu serena barca,
que he de surcar el mar de este misterio;
lanzar cortes de mangas a la parca.

Desde Xixona a New York, de Estambul
a Hong Kong, con mis sedales de esparto
y mis canastos de mimbre, que cimbre

y cimbre mi caña verde y azul.
Acedías, lenguaditos, y un cuarto
en creciente luna. Su voz de timbre.

Soneto 27

CUANDO LOS RÍOS SE ENSANCHEN

Ven bella gata a mi amoroso pecho.
Septiembre es un raposo para agosto,
le sisa atardeceres sin provecho,
lo acecha en los lagares y en el mosto.

Ven bella gata a mi amoroso lecho,
que no habrá otoño que torne en angosto
mi corazón, tu hogar, tu lar, tu techo.
De dulces castañas te haré un magosto

cuando los ríos se ensanchen. Daré
a las ascuas fuelle. Mezcal y queso;
tortitas de vainilla y mermelada

de sustento. Y si te duermes, te haré
junto al fuego una diadema de hueso
y un collar con granitos de granada.

Soneto 26

QUE TE QUÉ

No me dejes en paz, amor tirano,
fustígame de insomnios y vigilias,
inyéctame en la sangre tu hemofilia,
tus fuegos de la fragua de Vulcano.

Exilia sin piedad todos mis glóbulos,
desinmunízame, no cicatrices.
Sumérgeme en un ansia de lombrices,
fecúndame como el esperma al óvulo.

Ni me excluyas de tu reino de luces,
ni me dejes a oscuras con tus sombras.
Contra el vivir cabal más me seduce

el corro del placer de tus nereidas,
los vuelos siderales con tu alfombra,
las noches de deseos y perseidas.