COMO UN TOPO
Retorna otro verano sin remedio.
Vuelve el cuerpo a su celda solitaria.
Qué tristeza de cárcel ¿voluntaria?
Qué jartera de hastíos y de tedios.
En torno de mis pupas el asedio:
Calor, la tarde brava, legionaria,
en mi casa viviendo como un paria,
como huido, quitándome de en medio.
Consolarme con libros, poesía,
dilapidando el tiempo como pueda,
a la sombra del mundo y sus clamores.
Es cuestión de paciencia y valentía.
No darle muchas vueltas a la rueda.
Resignación. Pues hay cosas peores.