Soneto 123

MI OMEGA

A qué buscar más meta que tu asombro,
tu emoción de mentora sorprendida,
tu ilusión manifiesta si te nombro,
tus palabras de ninfa agradecida.

A qué más objetivo que tu hombro
donde limpias la costra de mi herida.
Por ti saco un soneto del escombro.
Por ti mato mi muerte con tu vida.

No quiero ni deseo escaparate
más allá del cristal de tus pupilas.
Así quiero pagarte este rescate,

tu forma de cargarme bien las pilas,
un gusto que aún conservo a chocolate,
un campo con lavandas, ¿o eran lilas?

Soneto 122

INSPIRACIÓN

Rastreo tu señal como un sabueso.
Los años me afinaron el olfato.
Ya no me quedo quieto igual que un preso
esperando a que vuelvas todo el rato.

Ahora te busco, te acoso, te apreso,
con instinto felino igual que un gato.
Pero ten calma, no soy un obseso,
si acaso sólo peco de insensato.

Quien piense que te atrapa es un idiota.
Quien crea dominarte se equivoca.
Tú eres del viento igual que la gaviota.

Un enigma que va de boca en boca.
Un barco que se hunde y se reflota
sin saber qué misterio lo provoca.

Soneto 121

NI DESPOJO

A veces la serpiente me estrangula
con sus dientes de celos indomables.
No hay mayor pecado que esa gula
que indigesta mis sueños más culpables.

A veces me desangran mil puñales
si pienso en quien te besa y quien te abraza,
cuando afloran mis ansias ilegales,
y llega la impotencia y me atenaza.

Todo tiene su precio y su tributo,
(mayores cuando es género prohibido)
y tendré que pagarlo irresoluto.

Así me vuelva príncipe o virrey,
ni despojo obtendré aun compartido
de este amor que está fuera de la ley.

Soneto 120

QUE APENAS PUEDO SER QUIEN SOY

Hace ya cierto tiempo que aburrido
dejé de componer algún soneto.
Quizás como un mecano construido
se pierde la ilusión y adiós al reto.

Pero hete aquí que hoy me ha sorprendido
esa Luna redonda y su careto,
y ya que las perseidas se han perdido,
a Selene dedico este panfleto.

No te reprocharé tanto ladrarte,
ni que en ti de mirarme esté cansado.
Al pasado pondré punto y aparte.

Hoy volveré a ladrarte desbocado,
y en ti me miraré sin empañarte.
Volvamos a soñar con lo soñado.

Soneto 119

PARA MARTA (SI LA VEO LLORAR)

Un buey se me atraganta en la garganta
y un enjambre de alambres en las tripas.
No me imponga esa ley, mi comandanta.
Si has de llorar, primero me disipas.

Tú te secas los ojos y sacudes.
Yo me vuelvo la cara y busco esquinas.
Yo soy un tipo duro, no lo dudes.
Soy el sheriff de todos los gallinas.

Dicen que hay una puerta que al cruzarla
te vuelves resistente, muy maduro.
Creciendo la hallarás si te concentras.

Dicen que hay una puerta que al pasarla
te vuelves de hormigón y mármol puro.
Yo no la vi. A ver si tú la encuentras.