miércoles, 14 de diciembre de 2022

Soneto 213

 CATORCE DEL DOCE 


Dónde escuchar tu voz tras tu partida.

En qué lugar de sombra hallar tu mano.

Qué esfuerzo debo hacer que no sea en vano

para tenerte aquí, madre querida.


Imposible, lo sé. Así es la vida.

Si hoy quiero tocar tu pelo cano

mis dedos sólo rozan un malsano

vacío. Donde tu luz, una herida.


Ya sé que no vendrás, pero te espero,

con alma en cruz y corazón helado.

Sentirte aquí, aunque resulte extraño,


como si aún siguieras... Qué sincero

el deseo llevándome a tu lado.

Pero no estás. Y es tu cumpleaños.

Soneto 227