Soneto 113

DE SOL, ESPIGA Y DESEO

Terroncito de azúcar cada noche.
La guinda del pastel, fruta con alas.
Cucurucho de helado, lindo broche
a otra dura journée, que tú apuñalas.

Mi vagón con destino a las estrellas.
Mi recreo, mi mar, mi cinemá.
Mi juego de galanes y doncellas.
Mi arrayán, mi rellano, mi sofá.

Mi cueva misteriosa con tesoro.
Mi cuento de mil noches y una más.
Mi isla de los mares donde afloro

cual náufrago Crusoe que encuentra un as.
Mi cometa fugaz, mi estate al loro.
Mi vuelta hacia el país Nunca Jamás.

Soneto 112

POR LOS CANALES DE LA VIDA

Me dices que no cambie con dulzura,
que mande a tomar viento a los espejos,
que guarde ese pedazo de locura,
mi forma de ser yo sin más complejos.

Me pintas de colores la negrura
con tu acento de acentos circunflejos.
Me dices todo y tanto con ternura
que el miedo se acobarda y queda lejos.

Las diosas del Olimpo se amilanan
con tus sabios consejos terrenales.
Tus cielos no se inventan ni se ganan.

Ni pasará a la historia y sus anales
esta historia sencilla donde manan
la vida y el amor por sus canales.

Soneto 111

LA GATITA FLORA

La gatita Flora no se desflora.
Porque Flora jamás está contenta.
Cuando el gato llega, cuando no aflora.
Cuando el gato quiere, cuando no intenta.

Que si el gatito viene, Flora llora.
Sombrerito de paja cuando aventa.
Que si el gatito escapa, llora Flora.
Sombrerito de paja en la tormenta.

Ahora quiere Flora, pero llora
porque el gato se fue de manïobras.
Ahora llora Flora, porque el gato

se le subió a la cola. Y llora y llora
porque no quiere, porque el gato sobra.
Con Flora la gata ¿quién hace trato?