miércoles, 29 de noviembre de 2023

Soneto 221

 NOCHE PIDE...


Noche pide una ráfaga de nardos.

En pulso están deseo y añoranza.

Sin pulso en las arterias la esperanza,

campo de mustia flor, tan sólo cardos.


Hay pájaros que cruzan como dardos.

Viejos sueños en estertórea danza.

Vieja ilusión que irrumpe, y si no alcanza,

al menos pinta en rojo cielos pardos.


Y el momentáneo espectro y su delicia

descompone el ocaso en mil pedazos.

De repente aquel lago nuevamente;


los campos reverdecen con codicia.

Zurcidora es mi fe, y de retazos

persa alfombra de ti teje en mi mente.

Soneto 220

 SIN INTERMEDIO 


Lo sé: soy un desastre sin remedio.

Por más que me la dé de inteligente

yo no sé comportarme entre la gente.

En la sombra me escondo de su asedio.


En la sombra me escondo, donde el tedio

es mi fiel compañero mayormente.

El tedio que me vuelve un delincuente,

en batalla sin fin, sin intermedio.


Ya lo ves, así soy, y ya soy viejo.

Es difícil cambiar a estas alturas.

Mi vivir no es vivir, sino reflejo


de aquello que viví en otras llanuras.

Pero si escucho Laura me aconsejo

dejar de lado el tiempo y sus usuras.

Soneto 227