lunes, 20 de agosto de 2018

Soneto 28

LA BARCA DEL PESCADOR

Azucaradamente reaccionario,
de anís y sándalo, de hinojo y cedro.
Avanti presto prego, columbario
que detesto. Dame tu barca, Pedro.

Ni tus llaves ni sandalias, en serio.
Sólo tu barca, tu serena barca,
que he de surcar el mar de este misterio;
lanzar cortes de mangas a la parca.

Desde Xixona a New York, de Estambul
a Hong Kong, con mis sedales de esparto
y mis canastos de mimbre, que cimbre

y cimbre mi caña verde y azul.
Acedías, lenguaditos, y un cuarto
en creciente luna. Su voz de timbre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Soneto 227